bendición

philly spring
bendición, abuelito, you limp in my dreams, pilgrim of humatas. bendición for the child that falls and breaks his glasses, for the one that picks them up and glues them together. plastic to plastic: love. blessed chalk. toy cars beepbeep blessed. against boxes and chairs where we sit to play dominoes. bendición, dead star. ashé for you and me. ashé, which is more than bendición, and bendición that knows itself ashé. bendición, poet. you were raised close and far because the barrio’s different and you always carry other superimposed streets. you write them like seeing yourself between planets from the ship. will you be on time to survive the change? gloomy and sick pigeon that walks without flight, but confesses everyday sacredly on the steeple. your cure is the sky without god, but with many angels, dirty like that, dressed as rats. bendición you drop on those who buy tea at starbucks where the cops stroll their dogs and bullets like that, casually, bendición, park that’s no longer public. ashé for those who smoke and fuck it. ashé for the selfies of smoke in scrolls. i hope this bendición reaches you, edgar. for that time you taught me to see with my mouth or mouth with mouth, simply. the blessed justice eternal because it never arrives, may it arrive, bendición hurried into now by may first. ashé, gaddo, with your eyes that cry like pepper spray. nina, ashé. i write you letters so short they seem bendiciones. in some universe called philly, giving out bendiciones to be worthy of the city deity that saves leftovers for when i get home and fixes the fan so it doesn’t spread dust. between dust and otero dust, who knows if she blesses or curses me, the woman who carries the rosary close to her chest, but she is my abuela or grandma to someone here. sometimes handsome and sometimes sad. maybe, one day, while i’m putting away the groceries, a record label will discover me and on the radio i’ll be able to bless all the boricuas in allentown and chicago. for the diaspora, (y’all know the chorus by now) bendición. to the one who got here on ships and the one that flew in on frontier flights. the one they say doesn’t count, but still tells us all the stories of disequilibrium and joy hidden in the shell buried between laminated bricks. bendición, infernal heat of a snowless summer. bendición, paradisiacal and cruel snow. bendición for the trash buried in the cold. ashé, seriously, ashé. may the world, the horror of the inevitable collapse, the end and beginning of all, be an if not of perhaps and when. may it all fit in my hand, the inflatable and collapsable universe. bendición for you and me. for me. despite not having all the blessings of being born with certain names. all the ashé, may it cover the ground, a petal rug covering all west philly, covering thousands of eyes shut against noise. we trample it and, when blessed, we bless back with a beer and a cigarette unfinished.

bendición

primavera en philly
bendición, abuelito, cojeas en mis sueños, peregrino de humatas. bendición para el niño que cae y rompe los espejuelos, para quien los recoge y los pega. plástico a plástico: el amor. tiza bendita. carros juguetes bipbip benditos. contra cajas y sillas donde nos sentamos a jugar dominó. bendición, estrella muerta. ashé pa ti y pa mí. ashé, que es más que bendición y bendición que se sabe ashé. bendición, poeta. te criaste cerca y lejos porque el barrio es diferente y contigo llevas otras calles superpuestas. las escribes como quien se ve entre planetas desde la nave. ¿llegarás a tiempo para sobrevivir el cambio? paloma tétrica y enferma que camina sin volar, pero confiesa todos los días sagradamente sobre el campanario. tu cura es el cielo sin dios, pero con muchos angeles, así sucios, disfrazados de ratas. bendición que le tiras a los que compran té en starbucks donde los guardias pasean su perros y sus balas, así, casualmente, bendición, parque ya no público. ashé pa los que fuman y que se joda. ashé pa los selfies del humo en volutas. espero que llegue a ti esta bendición, edgar. por la vez que me enseñaste a ver con la boca o boca con boca, simplemente. la bendita justicia eterna porque no llega, que llegue, bendición adelantada por un primero de mayo. ashé, gaddo, con tus ojos que lloran a lo pepper spray. nina, ashé. te escribo cartas tan cortas que parecen bendiciones. en algún universo llamado philly, reparto bendiciones para ser digna de la deidad de la ciudad que me guarda lo que sobra del takeout, y me arregla el abanico para que no tire polvo. entre polvo y polvo de otero, quien sabe si me bendice o maldice la doña que guarda cerca al pecho el rosario, pero es abuela mía o de alguien así a veces guapa y a veces triste. quizás algún día guardando compras me descubrirá una casa disquera y podré bendecir por la radio a todos los boricuas de allentown y chicago. pa la diaspora, (ya se saben el coro) bendición. la que llegó en barcos y la que llega en vuelos de frontier. la que dicen que no cuenta, pero igual nos cuenta todas las historias de desequilibrio y alegría escondida en el caracol enterrado entre láminas de ladrillo. bendición, calor infernal de un verano sin nieve. bendición, nieve paradisiaca y cruel. bendición a la basura enterrada en el frío. ashé, en serio, ashé. que el mundo, el horror del colapso inevitable, el fin y comienzo de todo, sea un sino del quizás y cuando. que todo quepa en mi mano, universo inflable y collapsible. bendición pa ti y pa mí. pa mí. a pesar de no tener todas las bendiciones de haber nacido con ciertos nombres. todo el ashé, que cubra el piso, una alfombra de pétalos cubriendo todo west philly, cubriendo miles de ojos cerrados al ruido. la pisamos y cuando nos bendice la bendecimos con una cerveza y un cigarrillo inacabado.